Poseída por las hormonas y la jerga de Carmen de Mairena, voy a contaros el super polvo del otro día;
De
camino a casa venía un
buen amigo mío hechándole un par de huevos (grandes como dos
balones de playa del “amor” que guardaba en ellos) cogiendo dos
autobuses , para venir a verme hasta la otra punta de la cuidad y
hecharme un buen señor polvo.
En
eso que volvía yo de coger la botella del butano de la gasolinera y
aprovenchando que venía un macho como él , me ayudara a subirla a
casa...y acabamos montándonos el numerito del butanero, ya se sabe;
el butanero te sube la bombona, te baja las bragas ¡y te mete toda
la alcachofa! ya que me había hecho la faena de subirme la bombona le iba a dar
yo una buena propinilla....
Servidora ,que ya estaba apunto de rebentar, le bajé los pantalones
a toda mecha y nos pusimos a follar como dos cerillas prendidas que
pierden la cabeza cuando se calientan. Empecé chupársela con tanta fuerza que le iba a salir fuego de la polla y allí estaba
yo con el coño humenante cuando me puse a cuatro patas en el sofá agarrando el
respaldo con las uñas mientras mi butanero improvisado me daba
candela de la buena; me la sacaba y me la metía con la rapidez y ansia con la que quieres encender una fogata en el monte. Su palote se movía dentro de mi frotándose cada vez más ¡casi me deja bizca de panto pollazo! y yo gozándola como una perra jadeante, mientras él más caliente que un reactor nuclear, sudando... Estábamos que nos quemábamos vivos de la ansia, luego fuimos a que me hiciera
la revisión en el baño mientras él sentado en la taza del wáter yo le frotaba el leño con mi coño ardiendo... apunto estubo de rebentale
la polla cuando salió de una explosión toda la lechaza dándome en la cara y dejandome medio cegata. La leche se corria por mis
tetas. ¡Que profesionales estos butaneros!
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