lunes, 16 de diciembre de 2013

Relatos eróticos: Trío inesperado


¿Quién dijo que tres son multitud?

Esta historia es tan corta como el tiempo que duró el polvo estando en la discoteca de turno con un grupo de amigos.
A mi me gustaba él, a él le gustaba otra y esa otra quería enrrollarse conmigo.

Ella; buscando días a trás a una chica para enrollarse y hacer un trío.
Èl acababa de dejarlo con la novia y querìa follar con ella.
Yo, que por fin sabìa que ese chico ya no tenìa novia, querìa calzàrmelo antes que se buscara otra pareja.
Nada más le comentè a ella que tenía ganas de probarlo me cojió de la mano y me llevó hasta la puerta del baño donde estaba él.
Ella me metió un señor morreo de esos típicos de heteros para calentar a los tíos y enseguida hicimos que se nos uniera él.
Tres lenguas húmedas y exicitadas... entramos al baño todos rápidos como un rayo.
Empecé a comerle las tetas a ella, él estaba que no se lo creía.
Al rato ella le comía la polla a él mientras yo lo morreaba.
Después él la montó mientras yo le acariciaba a ella.
Luego me montó a mi mientras ella me seguía morreando.
Pero el chaval iba bastante borracho y no pudo cumplir más de un par de mete-saca.
Se le aplatanó la cosa.
Ella salió corriendo rallada por que no le viera el maromo con el que había venido a la fiesta.
Él se ralló porque no podía seguir.
Yo me quedé con ganas de más.

martes, 10 de diciembre de 2013

El niño del gorrito

Era un chaval que conocía a todo el mundo, aunque yo no lo había visto hasta entonces. Un vividor y un cachondo mental, tenía ese buenrollismo que a todos encandilaba aunque a más de uno le podría exasperar por lo extrovertido. Parecía que iba de speed todo el rato; le encantaba hablar, hablar, hablar y hablar.... era raro que se callara.

Eso si, tenía mucho MUCHO morbo. Era un truán con las damas, pero de buen rollo, no sabías si ligaba contigo o era ya así con todas y con todos. Conocí a este terremoto en un picnic multituinario donde se apuntaron los amigos de mis amigos y los amigos de sus amigos...¡uf vaya lío! Allí entre el gentío nos caimos bien y acabamos dándonos los teléfonos.

Iba en bici la noche que fui a su casa y nada más llegar, con toda la confianza del mundo me pegué una ducha para quitarme el sudor del viaje y prepararme para sudar de otro modo. Estubimos hablando, riendo, vacilandonos....nos besamos y al poco ya estábamos quitándonos la ropa. Èl estaba tremendo. Un macho-man ibèrico con el pecho marcado, ni un gramo de grasa, un culito prieto, unas nalgas duras y entre las piernas un cacharro mas grande que él al que habría que ponerle; nombre, apellidos y hasta un piso en Mallorca. ¡Con razón presumía tanto! y no es que eso fuera precisamente sexy (lo de presumir) que incluso llegaba a ser molesto, pero se vé que a más de una la había dejado con la boca abierta y el coño bien relleno. Esa noche esa "una" era yo, y después de verlo en cueros había que probar ese cuerpazo.

Y como buenos folladores estubimos toda la noche comiéndonos bien agusto enteros de arriba abajo, follando de todas las maneras posibles y jadeando como animales. Él me rellenaba por todos los agujeros como un pavo con la herramienta que se gastaba. Se sabía mover como pez en el agua dentro mía culenado ritmicamente con ese culito tan prieto y musculoso mientras decia muy caliente ¡¡ ay que rico, ay que rico, ay que ricooooo!!


 Después de los polvazos, aún desnudos entre las sábanas era muy cómico ver como cogía un gorrito de lana y se lo ponía para dormir.


FICHA TÉCNICA:


Nombre: El niño del gorrito

Personalidad: Vivarracho, dicharachero y divertido.

Aspecto físico general: Era como Gonzo el de los teleñecos.


Tamaño y forma del miembro: como dice en mi tierra; "cuant més nàs, mes cabàs." (cuanta más nariz, más "capazo")

El encuentro sexual: Todo un expero en la cama que hacía las delicias con su lengua y su miembro.

Frases que me pasan por la cabeza: ¡¡ohh Dioxxxxxxxx!!

¿Se lo recomendaría a una amiga?: ¡Claro! un buen polvo te llebas seguro, ahora tendrás que aguantar que hable por los codos.

Valoración final: un 9, porque, obviamente luego te dejaba dolor de cabeza.

lunes, 9 de diciembre de 2013

El escuchimizado

Era una noche de esas que sales de farra por salir. Iba al garito de siempre y allí entontré a uno de mis compañeros de trabajo. Era un tipo bastante interesante y algo mono. Nada del otro jueves. Era alto y escuálido como un palo. El no-tan-tipico italiano.

Nos veíamos todos los días en el trabajo pero nunca nos habíamos insinuado o tenido miraditas o cosas por el estilo. Era solo un compañero más, simpático y agrabable pero eso era todo. Aquella noche que me crucé con él yo iba con el corazón roto paseándome por el bar donde solía ir con mis amigos para despejarme un poco, pero sin ningunas ganas de nada realmente. Bebí para ahogar mis penas y al salir del bar me lo volví a cruzar. Allí estaba sonriente como siempre, dispuesto a escuchar y ha hablar. Después de un rato lo abracé buscando el consuelo en unos brazos amigos y calurosos y empezamos a besarnos.

La temperatura fue subiendo y aquel etílico beso se convirtió en un morreo apasionado y unos sobeteos en las nalgas. Aunque tenía que levantarme para alcanzar sus labios su cuerpo era tan delgado que podía dar la vuelta a su cintura dos veces con mis brazos. Era algo extraño a lo que estaba acostrumbrada.

La falta de espectativas, la desidia del  momento y el vino hicieron una mixtura perfecta para dejarse llevar en una noche en la que, aparentemente, se presentaba tediosa. No llegamos ni si quiera a casa a comenzar la cópula. Paramos a mitad camino cerca de un lago y allí en la pendiente del césped, se tumbó encima mía asomando su polla entre la bragueta de sus pantalones mientras yo con un pie descalzo y el otro con la media aún puesta y las bragas bajadas ponía mi culo en la húmeda hierba. Para mi sorpresa el cacharro que sacó era de un calibre importante y me metió entero aquel enorme y largo pollón que ocultaba con disimulo la delgadez de su cuerpo. ¡Todas las vitaminas se le habian ido a su miembro! Con mi vagina aún chorreante nos fuimos a casa a seguir con la misión, ya que aunque era de noche, el parque del lago estaba demasiado bien iluminado y hubieron un par de transeúntes que se cruzaron en nuestro encuentro.

Una vez entre las sábanas era más cómodo proseguir, pero tampoco nos entendimos muy bien, fue un polvo más bien flojito. Así que cuando acabamos, le mandé a dormir a su casa. No quería abrazarlo ni estar con él, quería estar sola con mis pensamientos. Con mis movidas. Y aunque no es propio de mi, lo tiré de mi casa con la rapidez de un rayo sin dejarle nisiquiera reaccionar con una excusa barata que ni recuerdo. Por fin estaba sola.

 Los días siguienets transcurrieron con normalidad en el trabajo. Le pedí disculpas por haberlo despachado de aquella manera de mi cama (la verdad era un chico que no se merecía aquel trato) a pesar de todo estubimos un par de veces más juntos paseando, besándonos como colegiales y recostándonos de nuevo en la hierba. Pero por aquella época yo no estaba muy receptiva y a él le notaba bastante más interesado de lo que yo realmente lo estaba por él. Se que me lo perdí, porque él era un gran tipo y me hubiera tratado bien. Pero también sabía que yo no podía corresponderle. Así que nos separamos con uno de esos tantos abrazos tiernos que nos habíamos dado en otras ocasiones.

...ciao belo.



FICHA TÉCNICA:


Nombre: El escuchimizado
Personalidad: Agradable, risueño.


Aspecto físico general: Moreno sin mucho pelo, alto y seco como una lagosta.


Tamaño y forma del miembro: Grande, pero sobre todo laaaarrrgggoooooo...

El encuentro sexual: Con el culo en la hierba mojada a la luz de las farolas.

Cosas que me pasan por la cabeza: "¿De donde ha sacado semejante polla este esmirriao?"

¿Se lo recomendaría a una amiga?: No era como para tirar cohetes en la cama pero fuera de ella te trataría como una reina.

Valoración final: un 5.




sábado, 7 de diciembre de 2013

Relatos eróticos: ¿Una pausa para el cigarrito? Mejor una mamada ¿no?



Aquello era Sodoma y Gomorra en horario laboral. Yo estaba liada con mi encargado, un gigoló al que le gustaban todas y cada una de las mujeres. En realidad se parecía bastante a mi. Lo pasábamos en grande porque trabajábamos en un destino turístico muy regentado por turistas y gente que va a pasarse el verano de farra y sexo promiscuo.

Mi compañero de trabajo y yo llevábamos un juegecito extraño; flirteábamos con todos , nos reíamos, pero a la vez (y sin dejar que se nos notara) nos poníamos un poco celosos el uno del otro.

Krasivyy solía caerle muy bien a la gente, en especial a las chicas, siempre estaba bromeando e intentando sacarles los colores. Se creía todo un rompecorazones, un macho men, un rompebragas, un follador nato...y no le faltaba razón. Las mujeres se paseaban por nuestro puesto a saludarlo con sus caritas rojasy sus risitas risueñas. Pero afortunadamente también se pasaban chicos de muy buen ver con los que yo también ligaba sin reparo alguno. Recuerdo que cuando alguno me daba su teléfono , Krasivyy cogía el papel, lo hacía una bola y se lo escondía o lo tiraba a la basura. Yo entre risas le decía que era "para una amiga" y que solo le quería a él. Era una relación muy divertida, sobre todo porque a la salida del trabajo nos encontrábamos ambos para estar juntos, a las afueras alegados de las miradas de los otros y, por supuesto, de los otros posibles ligues para otros días.

Pero sin duda, lo mejor era el día a día. Trabajando y de cachondeo en un espacio reducido de 5 metros cuadrados con el objeto de tus más húmedos orgasmos era sin duda la mejor forma de vida posible en aquel momento. No solo nos dedicábamos a follar en horas libres, sinó que poco a poco, el lugar de trabajo se fué convirtiendo en una especie de bacanal de roce, palabras húmedas, besos fortuítos y tocamientos varios. Que si "voy a cojer esto aqui" servía de excusa para rozarme con su miembro el culo que si "estoy buscando esto" servía para ponerle las tetas en al espalda... en fin, ¡¡era el curro más erótico-festivo en el que había trabajado nunca!!

Así que un día las cosas se calentaron tanto (y también porque me pierde que me reten) que decidí darle una alegría al cuerpo a mi Krasivyy y dejar que soltara toda esa tensión que tenía acumulada en sus testículos. Éramos tres trabajando en ese momento y en la pausa para el cigarrito, nuestro colega y espectador de nuestros piques (otro trabajador amigo de ambos) se salió fuera del recinto a hacerse un pitillo. En ese momento yo me metí por debajo del fregadero a la altura de la entrepierna de Krasivyy mientras él miraba por el mostrador hacia afuera. Le saqué aquella enorme polla que tantas veces me había follado de todas las maneras y me la metí en la boca. Èl estaba que no se lo creía. NO sabía que cara poner... Mientras oía las risas de nuetro compañero fuera, su pollon se estaba poniendo más y más duro de lo que ya la tenía dentro de mi boca y se la mamé con unas ganas y gusto como de quien se come un filete después de dos días en ayunas. Aquella polla estaba riquísima y no me la iba a acabar por más que chupara.

Yo estaba en lo mío y entonces oí como pasaba alguien (un cliente asiduo) y le preguntó a Krasivyy porque sonreía tanto. Todos nos empezamos a partirnos de risa (incluída yo que seguía debajo del fregadero con su miembro en la boca.) Mientras el dueño del misma daba excusas al aire para que se largara el cliente en cuestión.

Al cabo del rato la cara de Krasivyy se volvió más y más tensa y su polla empezó a palpitar más y más deprisa mientras me sacudía con su leche en toda la boca. Entonces su cara era todo un poema;  una mezcla de placer, cansancio, verguenza y estupefacción. No se lo podía creer. Y es que no hay nada como una buena mamada en el descanso para el cigarrito.

- ¿Me das un besito ahora, Krasivyy?




Cachondas como perras en celo

¿Nunca os ha pasado en vuestro punto álgido de ovulación que os encontrais especialmente cachondas perdidas? ¿que os pondrías en medio de una plaza a cuatro patas y que os follara quien quisiera? ¿no? mentirosillas... ¡seguro que si! jajajajajajajaja.

Y mira que es raro que alguien nos cuente que normal es ese instinto genético que como mujeres tenemos, que todas sentimos, en nuestra fase del periodo más fértil, que a veces no entendemos porque es tan primario y nuestros sentidos se nublan, como si de una droga se tartase y tomara el control de nuestrso cuerpos y mentes.

Otra vez más nos toparemos con las convenciones sociales y algunos hasta se atreven a decir "morales" de querer reprimir ese instinto, como si se tratase de querer matar a alguien. Pero lejos de ponerme en ese lugar de juzgar a nadie quiero compartir con vosotras un hecho curioso. Me leí un par de artículos y libros sobre le tema de el ciclo mentrual de la mujer y en uno de ellos proponía un ejercicio fácil que consistía en apuntar tus estados de ánimo y ganas de sexo durante varios meses. Al cabo de unos cuatro y gracias a una aplicación en el móvil, pude comprobar con sorpresa que si hay un día en el que sería la reina de las ninfómana, y coincidía con el punto álgido de mi ovulación. Os invito ha hacer la prueba. ¡Cuanto menos es curioso! :)

Si quereis informacion sobre este tema os remito a un libro en cuestión: Luna Roja, de Miranda Gray. (no es de mi agrado 100% pero os animo a que lo comprobeis por vostras mismas)

La app se llamaMi Calendario (viene muy bien paar controlar el periodo y es gratis)

El lobo feroz

Èl era uno de esos tios buenorros que se saben romprebragas y aún así siguen teniendo esa capacidad de parecer "inocentes". La primera vez que lo vi mi subsconsciente pensó algo así como "uhmm...carne fresca" y es que estaba tan rico que daba hasta gusto mirarlo. Con sus veinticinco añitos; este morenazo, alto, delgado, de pelo corto, con un par de rastas colgando, barbita de tres días, ojos marrones y amante del "drum and bass" se cruzó en mi camino cual lobo feroz se cruza con Caperucita.
Como todo buen pueblo, las noticias mas que correr, vuelan y llegó a mis oídos como una chica había estado tonteando con este pecado de la naturaleza pero no había tenidoquerido nada con él porque le parecía que era demasiado "agresivo". Afortunadamente yo no era tan estrecha como ella y como ya le había hechao el ojo y ahora tenía pista libre, tenía la excusa perfecta para hacer que se acercara a mi guarida. Aquel había sido el verano de la sensación y todas las grandes parties se disputaban en mi casa. Llegó el día de uno de esos fiestones y le invité a venir. A las altas horas de la madrugada que apareció, yo ya llebaba una pedal de alcoholazo importante (¿de eso se trata en las fiestas, no?) y no recuerdo muy bien cómo pero acabamos enrrollándonos en el baño de mi casa. No sabría decir cuanto tiempo estubimos allí encerrados pero debió de ser bastante porque los invitados, haciendo cola, aporreaban la puerta para que les dejásemos entrar a mear.

Con la falda subida hasta el ombligo y el trasero en la pila del baño yo quebada justo a su altura,  perfecta para comernos a besos. Y nos comíamos literalmente, con una pasión desmedida. Todo besos, abrazos desgarradores, mordiscos en el cuello, los pechos, los hombros, los antebrazos.. Este chico sacaba el más puro instinto animal que había en mi. Realmente quería COMÉRMELO, pedazo a pedazo, trozo a trozo; besar su piel, morder la carne y metermela en la boca. Quería metermelo dentro en todos los sentidos. Podía aspirar el olor a macho alfa que desprendía desde el cuello hasta la punta de la polla, quería rastrear y disfrutar cada centrímetro... pero quería darme el manjar a gusto, sin prisas, degustar cada bocado...por ello dejamos la "cacería" a medias y posponerlo a un día que no tuviera invitados ni copas de más.

Así que la  oportunidad llegó a los pocos días en su apartamento. Solo hablar con él ya me ponía cachonda, solo ver su sonrisa picarona y ese bulto en el pantalón me hacían mojarme entera entre las piernas. Nos besábamos como si pudiéramos saborear la carne del otro, como dos canívales, nos desnudamos arrancándonos la ropa, impacientes por vernos desnudos (...y menudo cuerpazo...) nos mordisqueábamos por todas las zonas de nuestros cuerpos, estirábamos la piel del otro con nuestros labios. Me sentía como su fuera atacada por un lobo feroz que me desgarraba a cada mordisco mientras me abrazaba agarrándome fuerte y estrellándose contra mi. Me comía el coño con ansia, como si aquello se fuera a acabar y quisiera llevarselo todo a la boca con sus labios, su lengua... como si fuera un plato del que no querría despegarse, como una bestia con su trozo de carne entre sus garras.

Su polla estaba dura como un tronco, tiesa, palpitante, desafiante, grande, sabrosa... la lamía y succionaba de arriba abajo como si quisiera sacar todo el líquido de dentro de ella de un solo sorbo,  la llenaba con mi saliva, me la sacaba de la boca para volvérmela a meter entera... me la volvía a meter...sabía tan bien...

Aquello era más que follar como salvajes, era una pelea de fieras, nos quitábamos la iniciativa mutuamente; primero yo lo montaba como una amazona monta a un caballo desbocado , luego él me quitaba de encima y se ponía sobre mi abríendome las piernas, apuntando con mis pies al cielo mientras empujanba con todo su pollón contra mi dándome sacudidas y gruñendo como un toro.  Después nos poníamos a cuatro patas mientras yo gritaba de gozo y dolor placentero con cada envestida, más , más,  más y más... éramos dos fieras en la oscuridad unidas en el frenesí... penetrando y siendo penetrada...  hasta que no podíamos más y se le vaciaban los testículos en un río de esperma mientras exalába el último grito.

Cuando ya acabábamos, ambos agotados, se sentía como si hubiésemos estado en la guerra, derrotados por tanto esfuerzo físico. Yo con el coño seco como si de un pozo hubieran sacado todo el agua, él con la polla roja de tanto roce. Las agujetas me duraron una semana, como si hubiéra pasado los días en el gimnasio abriéndome de piernas. 
Heridas de guerra, arañazos en la piel, olor a macho, sonrisa de oreja a oreja ¡¡sabor a carne fresca!! ¡¡¡¡AUHHHHH!!!!
¡Hueles tan bien!




FICHA TÉCNICA:

Nombre: El lobo feroz

Personalidad: Tan simpático como para ponerte celosa de todas las mujeres con las que hablara.

Aspecto físico general: De esos que sabrías sería tu perdición enamorarte.


Tamaño y forma del miembro: Grande, adecuado a su tamaño, recto, imponente, salami en barra! ;)

 
El encuentro sexual: Caza mayor cuerpo a cuerpo.

¿Se lo recomendaría a una amiga?:  Solo para aquellas que se muevan por instinto. No apto para princesitas.

Cosas que me pasan por la cabeza: "Quirero comerte mientras te follo"


Valoración final: Como experiencia primera está bién, pero luego habría que suavizar el juego para no dejarte seca como una mojama, un 7.

sábado, 29 de junio de 2013

Follar en la primera cita


La cultura popular nos dice que si follamos en la primera cita somos una putas. A mi el sentido común me dice que si no lo hago a la primera oportunidad, estoy perdiendo el tiempo.


Está muy bien eso de querer conocer al otro, saber si tienes cosas en común, si teneis los mismos valores, gustos, aficiones... etc. Pero si lo que realmente buscas es una pareja que te llene en todos sus amplios sentidos, habrá que llegar a la cama en algún momento.


Recuerdo una tercera cita con un chico que me gustaba bastante (lo llamaremos "J") J era un cielo, no era el típico buenorro ni pervertido ni rarito al que estaba acustumbrada que me revolotearan. Era un chico sencillo, amable, simpático y con un toque de hombría. Era alto, gordito y con pelo semi-largo. Quedamos un par de veces para ir al cine, salir de paseo y esas cosas que se hacen para conocer a la gente. Pero aquello estaba corriendo el riesgo de quedarse en una bonita amistad o un pagafantismo que no se merecía. Así que una noche salimos a emborracharnos y acabamos en su casa. No puedo ponerle excusas al alcohol porque íbamos contentos nada más. (No fue una borrachera extrema, quería ver como funcionaba el chaval) Y, lejos de ser un mega-desastre, fue simplemente que no me había sentido "llena" ni compenetrada con él.

Así que era un palo decirle que no me había gustado y que mejor fueramos amigos o no me llamara más. Conclusión: si nos hubieramos ido a su casa el primer día, no hubiera perdido tiempo en cines ni mierdas ni  hubiera pasado por el mal trago (que aunque no lo parezca dar calabazas tampoco es plato de buen gusto) de mandarlo con viento fresco a otra parte.

Así que mi consejo es que si quereis tener un amiguito que os monte de vez en cuando y/o dé mandanga de la buena dejaros de ostias y gilipolleces y probar a follar con él enseguida. No digo que la primera vez va a ser para tirar cohetes (si no lo es, pues te ahorraste los pasos y las idas al cine) pero si os habeis encaprichado del maromo en cuestión o habeis sentido algo que os dice que merece la pena que goce de vuestro puerpo serrano de nuevo, intentarlo.

Luego iros al cine o a dar un paseo con una amiga.




jueves, 27 de junio de 2013

Relatos eróticos: Follando en el trabajo.

Una de las mejores formas de acabar con el estress y llenarse de energía posiva y recargar las pilas, es tener sexo en el lugar de trabajo. Si eres una de esas que, desgraciadamente, no compartes lugar de curre con ningún hombre o los que hay soy de la edad y apariencia de tu abuelo...no desesperes, aqui te traigo una historia de sexo rápido, espontáneo y pagado (por ser) en horario laboral.

Afortunadamente me encontraba trabajando en un sitio donde había una gran amplitud de espacio (escaqueo al más puro estilo español), mucha gente (grandes posibilidades de desaparición momentánea) y una amplia gama de hombres donde elegir. Era un congreso, y la mayoría eran machos de entre 25-40 años de diferentes nacionalidades, los había de todas las tallas y formas, era como ir a ver la nueva colección en tu tienda de ropa favorita. Por supuesto las féminas que allí nos encontrábamos no podíamos dejar de comentar aquello de "¿Has visto a ése que está alli sentado?" "¿Has visto a aquel otro de la camisa azul?" "¿No te parece guapísimo ese de los ojos azules de allá?" y cosas por el estilo. Pero en ocasiones hay que ser profesional, y los clientes no eran plato sencillo para el ligoteo cuando la faena abunda.

Menos mal que nuestros compañeros de oficio estaban también de muy buen ver y pasar mucho tiempo con alguien...pues ya se sabe "el roce hace el cariño" así que las largas horas que inducen a pensamientos impuros, los uniformes ajustados que resaltan los culitos y los comentarios subidos de tono que alegran la velada dieron paso a un encuentro clandestino en los bajos fondos de un complejo hotelero.


El Pichón en cuestión era un compañero de oficio que estaba de muy buen ver; alto, moreno, perilla canalla, buena planta y con una labia que tiraba de la picaresca española con la que fuimos caldeando el ambiente con chistes, sugerencias, (in) directas y perversiones varias. Aunque del "dicho al hecho hay mucho trecho" que se dice, aqui el trecho lo sorteamos con bastante soltura. Y la oportunidad de pasar de las palabras a la acción se dió esperando el ascensor.
Este macho ibérico estaba, en sus propias palabras, felizmente casado, pero eso no le impedió ponerse como una moto y sucumbir a sus instintos masculinos. A mi no me importaba ni una cosa ni la otra, no iba a presentarme a su parienta ni a salir de paseo con él, solo íbamos a pegar una folladita buena que bien nos merecíamos después de una jornada laboral mas bien larga. Así que me pidió la discrección que toda buena dama debe de darle a su amante (amante espress y anti-estress en este caso) y nos pusimos manos a la obra.



Aprovechando un momento que nos quedamos a solas, la luz de la entradilla del ascensor se apagó y allí empezamos a besarnos y a pasear nuestras la lenguas por la boca del otro. Ya en el ascensor, seguimos metiéndonos mano por encima del uniforme del trabajo. Al llegar a la planta más baja, nos dimos cuenta de que había una zona que estaba medio en obras, era perfecta; a oscuras, lejos de las miradas indiscretas y aislante para los gemidos placenteros.

Así que fuimos allí mientras él me metía mano por dentro de la falda tocandome el coño y metiendo el dedo en mi vagina mojada. Aquello era una delicia; a oscuras, a solas, en horas de trabajo y con un compañero pervertido haciéndome un dedo suculento... en los pocos segundos que tardé en desabrocharme la blusa me lamía los pezones a la vez que me cogía las tetas con ambas manos y las chupaba con sus labios ansiosos... mientras yo seguía gimiendo le saqué la polla previamente mojada con mi saliva y empecé a meneársela despacito pero apretando ritmicamente ... él muy empitonado y yo muy húmeda... me pidió que se la chupara pero no quería volver al trabajo con aliento a pene así que me quité los zapatos, me saqué las medias, me subí la falda y le bajé los pantalones hasta los tobillos...y encaramándome a él de un salto me metí en su miembro y me clavé su polla erecta hasta el fondo de mi para luego sacarla lentito y volverla a meter una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. ..desde la base hasta la puntita... saboreando cada momento del recorrido, cada centímetro de miembro dentro de mi caliente vagina...

Allí estábamos ambos, yo de espaldas a la pared abrazándolo con las piernas, él de pie con los pantalones en el suelo bombandeándome con su movimiento pélvico. Entonces me giró, me puso de espaldas y mis pechos rozaron la pared fría deritiendome por el contraste del calor de aquella situación mientras él me follaba por detrás el coñito que tan húmedo me había puesto desde hacía horas atrás. Me daba sacudidas varias; relamiéndose en el camino que hacía su pene dentro de mi a la vez que rápidas y desesperadas y ansiosas penetraciones finales que acompañaron a la salida de su líquido blanco que dejó desparramado por el suelo de aquella habitación a medio construir.

Con la paranoilla de que no nos pillaran (nos estábamos jugando el puesto por follar en horas laborables) nos vestimos lo más rápidamente posible mientras nos subimos de nuevo al ascensor con unas sonrisas traviesas y picaronas en la cara.

¡¡ASÍ DA GUSTO IR A TRABAJAR!!




Amar, escribir, follar...

He aquí, queridas amigas, que voy a iniciar una nueva "sección"  (por llamarlo de alguna forma) que se titulará "Relatos". En ella expongo, valga la redundancia, los relatos de experiencias pasadas que me parecen más interesantes, graciosos, estrafalarios, espontáneos, positivos, agradables, desagradables, eróticos, porno, guarros, sucios, relamidos, fallidos, pervertidos y sobre todo sexuales.

Para ello voy valerme de la ayuda de mi habilidad y pasión a la hora de escribir, mis anécdotas picantonas y, por supuesto la ayuda desinteresada de aquellos hombres habrientos de sexo y orgasmos que tantos buenos momentos me han dado.

Podéis esperar de aquí cualquier cosa, una prosa disimuladamente erótica, unos poemas a los culos prietos, una oda a las lefadas en "to er coño", unos relatos con demasiados pelos y señales, historias de risa con comentarios jocosos... ¡¡esto pretende ser tan variado como el sexo!!


CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA REALIDAD


P.D: Está permitido tocarse.