viernes, 12 de octubre de 2012

El Francés Trés doux

París, primavera. Siempre quise visitar París y ver sus monumentos, su história y recorrer sus calles. Aparecí sola en uno de esos viajes que te das sólo por el placer de viajar y conocer nuevas gentes, nuevos aromas... La ciudad del amor me fascinó tanto como aquel francesito de ojos negros.

Yo era la invitada en casa de éste trés joli garçon. Y, aunque desde el primer momento que lo vi me pareció guapísimo y muy simpático, decidí cambiar las ganas de...(tenerlo entre mis brazos) por la cordialidad y gratitud de que me ofreciera su casa para una estancia corta. (No quería que pensara que estaba abusando de su hospitalidad y menos que supiera que quería violarlo)
La primera noche la pasamos dormimos juntos en su cama, uno pegado al otro, porque no disponía de ningún sitio más en su pequeño apartamento, vimos una película y yo no hacía más que aguantarmelas ganas de tocarlo y besarlo, mientras resoplaba interiormente. Era como un trozo de chocolat que tenía a sólo un centímetro de mi y que no podía tocar. ¡Mon dieu!

A la mañana siguiente él me preguntó que tal había dormido y tube que mentir como una bellaca y decirle que "Trés bien". En realidad no había pegado ojo en toda la noche, me la pasé dando vueltas a la vez que intentaba no tocarlo ni rozarlo por "equivocación".

Pasamos un día entupendo entero juntos y descubrí que incluso teníamos muchas cosas en común. Era un chico muy muy dulce, amable, simpático, atento... Era pequeño de estatura (como lo soy yo) pero muy guapo de cara con una sonrisa preciosa. Llegó la noche de nuevo y con ella los nervios. "¿Qué voy ha hacer esta vez?"-me dije a mi misma- "¿Quedarme sin probar este trozo de souffle?" Así que decidí que no había nada que perder y después de unos rozamientos con las manos, unas caricias por las mejillas, un tierno beso...

¡¡¡Oh La Lá!!!

Y allí me encontraba yo; en un apartamento en  Île-de-France, saboreando las delicias parisinas y el savoire-faire de un precioso francesito de veintipocos, con un cuerpo tan tierno...con una mirada tan profunda... con unos movimientos tan suaves y a la vez enérgicos...él era todo caricias, tocamientos...en fin ¡una delicia!


Fue uno de esos encuentros al más puro estilo parisienne peliculero donde el flechazo surge al primer contacto, el coito es como estar entre las nubes y el poscoito como aterrizar sobre la hierba fresca.

Pasamos el resto de los dos días que me quedaban desnudos entrelazados en la cama, mientras yo chapurreaba el francés como podía. Yo me sorprendía de que fuera tan dulce y él decia que jo era trés coquine.

 Ahhhh París.......... trés joli................. 



FICHA TÉCNICA:


Nombre: El Francés Trés doux

Personalidad: Era un trozito de sucre, amable, divertido, inteligente...

Aspecto físico general: Era toda una gran esencia guardada en un frasco pequeño de ojazos negros.


Tamaño y forma del miembro: No lo recuerdo, pero tras el grato recuerdo ni me importa.

El encuentro sexual:  A pesar de que no estábamos enamorados l'amour llenaba el ambiente en aquella habitación, fue como cuando haces el amor con tu pareja que ya os entendéis y todo fluye.

¿Se lo recomendaría a una amiga?: Sin duda, un poco de cariño y buen sexo se lo recomendaría a ¡¡todas!!

Valoración final: Un 10, como no.



Escucha recomendada: "Hoy te la meto hasta las orejas" Extremoduro.